martes, 4 de septiembre de 2007

30. Una tumba para Lenin












A unos cuarenta kilómetros de Budapest existe un cementerio de monumentos comunistas. Toneladas de cemento que alguna vez adornaron plazas, placas de calles que ahora tienen otros nombres. Estatuas de héroes y mártires, mujeres de senos frondosos con arma en brazos, capaz de maternidad y de revolución. Botas inmensas, estrellas, y otros grandes desconocidos. Nadie nos quiere decir en el camino a dónde se encuentra esta joya, que nadie visita. Yo adquiero unos calcetines con martillo y hoz color rojo y amarillo.
Ay, Marx en cemento, esa no es su tumba, él que siempre vuelve, espectro de Europa.
Adiós Lenin. Claveles rojos.